1.1. Introducción.
Las tradiciones son todos aquellos legados culturales, sociales, personales, regionalistas y elementos del folklor de una sociedad que se hereda de generación en generación y se transmite por medio de la costumbre a otras generaciones. Podría decirse que tradición es todo aquello que identifica a un pueblo o una patria y que le da un sentido nacionalista y de pertenencia a una región o situación histórica y cultural enmarcada en actos y costumbres únicas e inmutables.
Las tradiciones mexicanas son todos aquellos sucesos o acontecimientos que tienen un rito muy especial y un toque muy propio para dar a conocer una festividad, un acontecimiento o un hecho de relevancia en la sociedad, si bien, las tradiciones cambian de región en región en la república mexicana, todas ellas conservan la idiosincrasia que caracteriza a nuestro pueblo: Las fiestas, el color, los sabores y el folklor, representan ante el mundo una visión diferente de nuestra inmensa herencia cultural.
Descendientes de una mezcla de culturas, el mexicano sabe hacer fiesta, pero sobre todo sabe conservar tradiciones y seguirlas; desde la época de la colonia hasta nuestros días, son innumerables las reacciones tradicionales que nos identifican como un pueblo lleno de misticismo, magia, color y sabor.
1.2. El enfoque nacionalista de las tradiciones.
La esencia de las tradiciones mexicanas radica en la reflexión acerca de la nacionalidad y el lugar que ocupa México en el plano mundial; desde el surgimiento de la nueva raza en la época de la conquista, en donde no se identificaba como español ni como mesoamericano al colono del territorio mexicano, nació la interrogante nacionalista del ¿Cómo somos? Recibiendo de inmediato diversas respuestas desde diferentes enfoques del quehacer del poblador. Estas respuestas quedaron plasmadas en obras plásticas, musicales, teatrales, filosóficas, literarias, históricas y demás disciplinas intelectuales que hasta la fecha, persisten en la cultura popular del mexicano del siglo XXI.
Dentro del ámbito filosófico, a la pregunta del ¿Cómo somos? siguieron otras interrogantes: ¿por qué somos como somos? ¿En dónde radica la originalidad de la cultura mexicana? ¿Cuál es su esencia?, buena parte de la discusión acerca de la cultura se centró en el análisis de la relación entre lo mexicano y lo universal, lo que trajo como consecuencia la concepción de la identidad nacional tan necesaria para sentirse pertenecientes y propios de una cultura.
A lo largo de la historia, el colono nacional, desarrollo actos y acciones que terminaron por volverse, en primera instancia, costumbres para después convertirse en tradiciones que le hacían diferente del resto de los americanos. Los primeros cronistas de nuestra historia que relatan el encuentro de la cultura occidental con la mexicana, dan amplio testimonio del profundo espíritu religioso de los pueblos indígenas y de cómo este espíritu abarcaba también las costumbres y hábitos alimentarios, de vestido, de trabajo y por consecuencia de celebración; es decir, existía toda una tradición gastronómica, de vestimenta y de labor que la convertían en celebración y que estaba estrechamente vinculada a las creencias y ceremonias religiosas.
Con la evangelización, estas costumbres primitivas de los prehispánicos, se modificaron hasta llegar a convertirse en tradiciones populares del pueblo mexicano, tal es el caso de la cuaresma, el día de los muertos, las posadas y la navidad, las fiestas de los santos patrones como lo es de el día de la Guadalupana y un sinfín de fiestas y actos de celebración que son únicos e irremplazables y que le dan identidad en el plano mundial de poseer y tener el espíritu mexicano.
Con la consumación de la identidad nacional, surge la adecuación popular por parte del mexicano, ligada a la conducta del individuo, la cultura y el contexto socio-político de las generaciones, dando lugar a pequeñas modificaciones y ajustes a las celebraciones, sin que estas pierdan su esencia tradicional arraigada ya desde sus concepciones.
1.3. Tradiciones más Representativas de México.
El calendario mexicano está lleno de celebraciones, ritos y tradiciones muy representativas de la cultura: días de feria, feriados, de fiesta y de solemne respeto son los que se haya dentro de los doce meses en la vida de los pobladores de México, que llenas de color, de alegría y sobre todo de su especial forma de celebrar, esperan ansiosas su día para ser recordadas, revividas y disfrutadas.
Sin lugar a dudas, el inicio del año en México se ve engalanado con una fiesta religiosa perteneciente al cristianismo de la cultura occidental, pero adecuada muy al estilo mexicano, como lo es el día de la candelaria.
El 2 de febrero, día de la Candelaria, constituye cada año el final del periodo navideño, pues es cuando el Niño Jesús fue presentado en el Templo por sus padres, según la costumbre judía.
En el Día de la Candelaria se hace el "levantamiento del Niño Jesús", que consiste en llevar la imagen a bendecir al templo, así como levantar y quitar todas las figuras de los nacimientos para guardarlas hasta la celebración de la próxima Navidad.
También es costumbre popular que ese día, quienes el 6 de enero anterior durante la partida de Rosca de Reyes les tocó el "muñeco", ofrezcan a amigos y familiares atoles y tamales, que es el alimento que podían adquirir las personas más humildes.
Aquellos a los que les tocó el muñeco de la Rosca de Reyes, son los que deberán presentar al Niño Dios en el templo. Para esto, hay que vestirlo el primer año de bebé, el segundo de hombre y el tercero de rey y se le coloca en un pequeño trono. Aunque hay personas que prefieren vestirlo de alguna profesión o incluso con la camisa de su equipo de fútbol favorito. Es en este acto religioso también cuando se presentan a bendecir en el templo los cirios, las velas y las canelas que servirán de medio espiritual en caso de que durante el año haya una defunción en el hogar.
En la creencia popular prehispánica mesoamericana, este día marcaba el inicio del año agrícola, esta tradición prehispánica establecía que se debía llevar tamales cuando se rendía culto a Tláloc, a Chalchiuhtlicue (dioses del agua) y a los tlaloques (ayudantes del primero), quienes derramaban su lluvia preciosa sobre la tierra, lo que provocaba buenos frutos.
El Día de la Candelaria es resultado del sincretismo de dos culturas y religiones: la católica, que remite a cuando la Virgen María llevó al niño Jesús al templo, y la prehispánica, en la que se llevaban tamales al rendir culto a los dioses.
Otra celebración adecuada a la vida popular de México es la cuaresma, que es una tradición cristiana ajustada a la gastronomía de mexicana, rica de elementos de origen vegetal que son usados durante esta celebración; platillos típicos que se remontan a la época prehispánica como los nopales, el aguacate, flor de calabaza, huauzontles, verdolagas, papas, moles y tamales, por citar algunos, son los alimentos que engalanan la mesa del mexicano en la tradición de los cuarenta viernes de preparación a la semana santa.
Al término de la cuaresma e inicio de la semana mayor o santa, en México se llevan a cabo diferentes ritos religiosos que conmemoran solemnemente la pasión de Jesús. Procesiones, caravanas, sacrificios, canticos y actos religiosos cobran vida el jueves santo, viernes santo y sábado de gloria, culminando con una tradición colonial cuando la gloria se abre y es la quema de los judas.
El Día de Muertos es una celebración mexicana de origen prehispánico que honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza el 1 de noviembre, y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos. Los orígenes de esta celebración son de antes de la llegada de los españoles y pertenece a los aztecas, mayas, toltecas, purépechas y totonacas.
Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizan en estas civilizaciones por lo menos desde hace tres mil años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.
El festival que se convirtió en el Día de Muertos era conmemorado el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto, y era celebrado durante un mes completo. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la Muerte" actualmente relacionada con "la Catrina" y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la tierra de los muertos. Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos.
Cuando llegaron a América los españoles en el siglo XVI, se aterraron por las prácticas, y en un intento de convertir a los nativos del nuevo mundo, hicieron coincidir las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas. Los españoles combinaron sus costumbres con el festival similar mesoamericano, creando un sincretismo religioso, dando lugar al actual Día de Muertos.
Sin lugar a dudas, el lugar de la república mexicana más representativo de esta fiesta es Michoacán, en donde los pobladores de Patzcuaro y todos los pueblos de la zona lacustre velan durante la noche del 2 de noviembre las tumbas de los difuntos, que son adornadas con flor de cempasúchil, agua miel, velas, retratos, papel picado y alimentos tradicionales en simbolismo del retorno de los muertos al mundo de los vivos.
La Navidad es una celebración de origen religioso del cristianismo de occidente, en la cual se conmemora el nacimiento del redentor, el hijo de Dios que se hizo hombre para salvación de los pueblo. Básicamente, esta celebración comienza al día siguiente del día de nuestra señora de Guadalupe, el día 13 de diciembre, es en este día cuando en los hogares mexicanos se pone el tradicional nacimiento, que son figuras de barro, yeso o madera que representan el pasaje de la natividad; La virgen María, José, ángeles y pastores son los que aparecen montados en un pesebre sobre la llamada tecáta o flor de piedra y sobre el eno.
Nueve días antes del 25 de diciembre, se celebran las posadas, nueves estaciones que recorren los peregrinos en su viaje a Belem; cada noche de posada le toca a un vecino o colono, el cual prepara el tradicional ponche de frutas, los aguinaldos y las piñatas para después del rezo del santo rosario, los invitados degusten en una verbena de alegría, juegos pirotécnicos y villancicos.
Esta tradición se remonta a la época de los españoles en donde se celebraban nueve misas antes de la natividad, como forma de preparación para el nacimiento del niño Jesús, esta celebración estaba reservada en un inicio solo a los Españoles peninsulares en México, después pasó a ser del dominio popular y una celebración que en España ya se perdió pero en México evoluciono hasta llegar a ser lo que en la actualidad es el rito de las posadas.
Aunada a esta tradición, en México se ha adoptado una de reciente concepción que la mayoría de los mexicanos relaciona como época de vacaciones y de descanso: el maratón Lupe Reyes, que es un puente festivo que inicia el 12 de diciembre con el día de la virgen de Guadalupe y termina con el día de los reyes magos el 6 de enero.
Incienso, velas, flores, sabores, colores, fuegos, luces, vestidos, alimentos, cantos y ritos son los elementos de las tradiciones mexicanas, que forman parte de la cultura popular y hacen que nos sintamos orgullosos de ser mexicanos. Las celebraciones son parte esencial de la cultura e idiosincrasia del pueblo de México que orgulloso de si, lanza al mundo el grito de México lindo y querido.
Bibliografía
· Ramos, Samuel: El perfil del hombre y la cultura en México, México, Imprenta Mundial, 1934.
· López Vital Ortiz, Mario: El camino florido, México.
· Moreno, Roberto, Instituto de investigaciones bibliográficas de la UNAM
· Ciencias Sociales, México su evolución cultural, SEP 3 grado de secundaria 1984, Porrúa.
· List Arzubide, Germán. Tlatoani, Edit. Porrúa, 1975.
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